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Beacons o cómo cambiar la experiencia del visitante en los museos

16 agosto, 2016 - Beacons
Beacons o cómo cambiar la experiencia del visitante en los museos

Los beacons (balizas, en inglés) son diminutos dispositivos inalámbricos que emiten una señal de radio de corto alcance llamada bluetooth, que pueden trasmitir información a tu receptor móvil hasta una distancia de 50 metros. En los últimos años esta tecnología ha tenido muchas aplicaciones (en el ámbito médico, militar y logístico, por ejemplo), entre las cuales está la museística y el mundo de la cultura.

Lo que parece una obra de ciencia ficción es una realidad palpable, valga la paradoja, dado que los beacons son virtuales. Prepárate que te lo explicamos:

A un paso de “Matrix”

Entre las ventajas que nos aportan los beacons, está la comodidad de no tener que acarrear aparatosos mapas y desplegarlos en medio de la marabunta del turismo museístico y que reducen la gratificante experiencia que supone adentrarse en los misterios de las obras de arte. Ideal, ¿verdad?

Con los beacons, en el momento en el que pisamos una sala y nos posiciona a es

Kappta, beacons, museos

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casos metros de la escultura o del cuadro, somos informados mediante notificaciones push de lo que tenemos a nuestro alrededor, como si de una película de Matrix se tratara. Somos partícipes de la nueva tecnología que se integra como parte de nuestra experiencia en el museo.

En cualquier caso, nuestra experiencia cultural no se quiebra ni se echa a perder porque no tenemos que estar pendientes de mapas, carteles u otras distracciones que puedan distorsionar el mundo donde nos auto abducimos.

Las empresas museísticas también se benefician de ello. Gracias al uso del big data que arrojan los datos de nuestra experiencia como visitantes, los museos y otras empresas vinculadas se beneficiarán al poder ajustar mejor sus recorridos y productos de merchandising según nuestros gustos y preferencias. De este modo, se piensa en los beacons como si de un negocio redondo se tratara, sin fisuras.

¿Sin fisuras? Bueno, aquí te contamos la única que ha surgido… y te la rebatimos fehacientemente.
¿Dar palos de ciego? No es una buena opción.

Hay quien asimila la tecnología beacons con la del GPS, donde hay unos receptores que emiten señales electromagnéticas a unos satélites (unos tres metros cada nanosegundo o, lo que es lo mismo, 3000 metros cada microsegundo). El resultado de la métrica muchas veces está distorsionado si el reloj del receptor no es preciso.

La distorsión puede ser de hasta 10 metros, lo que en términos museísticos dicen los detractores de esta nueva tecnología que sería como bajar tres veces la planta de arriba abajo. ¡Uf! Menudo caos sería ¿no? Pero hay una buena noticiaLos beacons no funcionan con tecnología GPS como los aparatos militares y logísticos, sino con bluetooth, por lo tanto ¡no existen errores en la correcta geolocalización!

¿A qué es fabuloso? ¿Nos vamos de museos con beacons?

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